Tom Vedrenne
“…through trusting the Lord, Angie is back.”
Tom: “Obviously, the doctor didn't know who we mean; and through prayer…through trusting the Lord, Angie is back.”
Joyce: “…to way beyond restoration.”
Angelique: “I think I am stronger now….through the Lord, of course. It's your relationship with the Lord that counts!”
Not only has Angie almost completely recovered from the effects of the brain damage, but the doctors have told her that there is no evidence of reoccurrence of the cancer. In fact, they say she has been healed. Furthermore, the doctors have said that nothing they have done is responsible for Angie's progress from the results of the brain damage. They say the cause of her progress has been the love her family and friends have shown her.
Joyce: “It has called us to a closer walk with the Lord and how really blessed we are to have the support of loving, Christian brothers and sisters.”
Angelique: “I shouldn't love Him because He healed me, I need to love Him because of who He is, and just the awesome Almighty God that He is. If I was still in a wheelchair, I would still love Him just as much as I do today.”
As further testimony of the mighty power of God at work in her life, Angelique is now a wife and mother.
Recientemente, el Estado Norteamericano de Vermont fue el primero
en permitir “Uniones Civiles.” La ley, diseñada para darles a las parejas
homosexuales casi todos los derechos y beneficios del matrimonio civil
heterosexual, pasó en la legislatura por un margen de 79 votos a 68.
Antes de aprobar la ley, el Gobernador Demócrata Howard Dean dijo:
“Yo creo que esto es un mensaje poderoso de que en Vermont les
damos valor a las personas por quienes son, no por lo que son.”
Esta declaración merece un cuidadoso escrutinio:
Empecemos con quienes son esta gente. Son aquellos que tienen sus
esperanzas en el reconocimiento cívico, o sea, que su relación sea
aprobada tal como ellos mismos se describen, como “amantes.” Tal
parecería que el único requisito para unirse formalmente es que dos
adultos se amen. Aquí es donde comienza el problema.
Una vez que un Estado reconoce formalmente la unión entre dos
hombres o dos mujeres que dicen que se aman, ¿qué puede detenerlos
para que lleguen todavía mas lejos? Siguiendo esta lógica (ya que
estan rechazando la ley natural); ¿no sería también discriminatorio
rehusar el reconocimiento del gobierno estatal a una unión, por
ejemplo, de tres hombres y tres mujeres, o quizás, dos hombres y una
mujer? Como Vermont es el único estado interesado en quiénes son
esos ciudadanos, y no qué son, hombre y mujer, ¿dónde está el límite?
¿Se les pueden prohibir las “uniones civiles” a estas personas? Y si son
menores de edad ¿qué?
Si todo esto parece una exageración, lo es. Esto es lo que sucede
cuando el gobierno abandona la ley moral. Las mismas leyes morales
que prohíben la bigamia y las relaciones con los animales prohíben la
homosexualidad. Cuando se quitan las barreras de la decencia, todos
los frenos y leyes se desploman.
Esta es un área donde hay que repetir la enseñanza de la Iglesia
Católica. La Iglesia, lógicamente, se opone a la noción del matrimonio
homosexual porque el Matrimonio es un sacramento y por virtud de la
ley natural (y también la ley moral) tiene que estar limitado a un
hombre y una mujer. Dicho esto, la Iglesia hace una maravillosa
distinción que desconocen muchas veces los defensores de la moral
tradicional que no son católicos. Según el Catecismo de la Iglesia
Católica “La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer
constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su
misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y
educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la
dignidad de sacramento entre bautizados.” (CIC 1601) Ante los ojos
de Dios y de la Iglesia, el matrimonio es un sacramento creado para el
bien de los esposos. La institución matrimonial culmina en la prole. ¿Se
puede decir lo mismo de uniones homosexuales o civiles?